Construyamos para todos - 1984

¿Para quién construímos nuestras ciudades? Se señalaba la falta de rampas en edificios y lugares públicos; los semáforos regulados con pocos segundos; las calles y avenidas sin lugar de descanso. El laberinto resultaba patético, porque no se debe inmovilizar tanto potencial de vida. La apelación lo expresa claramente “Construyamos para todos”.

scroll-to-top-2